La Razón de por qué me gusta “My Little Pony”

La Razón de por qué me gusta “My Little Pony”

El día domingo 3 de mayo decidí ir a la feria del libro con la esperanza de completar mi colección de libros sobre el universo de “La Fundación” de Isaac Asimov, era uno de esos días calurosos en Bogotá donde un pabellón con más de 200 personas  se convertía en un horno para cualquiera. Por curiosidades de la vida, comencé con el pabellón de Panamericana donde  la sección de libros en inglés estaba en un 30% de descuento, en ese momento me brillaron los ojos y husmeé rápidamente por la búsqueda de cualquier libro con el nombre de Isaac Asimov  en el lomo. Obviamente no lo encontré (era panamericana, no sé porque ilusionarme), pero bueno las decepciones en mi vida no es el tema del artículo (eso sería un libro no un artículo). Lo curioso de la historia es que la sección de inglés rodeaba una mesa con una gran cantidad de comics, yo con una pequeña cantidad de comics leídos durante el trascurso de mi vida decidí escudriñar (yo tengo el dicho: “uno no sabe lo que quiere hasta que lo encuentra barato”).

Todo iba de las mil maravillas viendo comics con precios entre 50 mil y 80 mil pesos que no me llamarían nunca la atención pero, Oh sorpresa, un comic con el título “My Little Pony: Friendship is Magic” apareció de repente. Debí pegar un grito ahogado en esos momentos, y mientras corría, señalando lo estúpido que fui de no ver una portada rosada con ponys coloridos entre portadas de tipos musculosos vestidos de negro y rojo, sin ver precio alguno arranque directo para la caja, donde me informaron las malas noticias: “53 mil pesos!!”. Insistiendo le pregunté a la señora de la caja “¿No hay descuento? ¿Por lo que sea?”. Al final me dieron el precio final de 40 mil pesos por ser precio de feria con una de mis mayores vergüenzas de mi vida: no fue por comprar un comic de “My Little Pony”, ni por dar brincos de felicidad por este comic, delante de varios niños y adolescentes, ni por el patatús que me dio en la caja, ni por tener en la billetera solo 60 mil pesos que pensaba usar en toda la feria; no, ninguna de esas cosas. Lo peor fue llegar a mi casa y poner entre “Sueños de robot” y “Corrientes del espacio” el comic de “My Little Pony: Friendship is Magic Vol. 3” (que para todos los colmos no cabía en la estantería  por lo largo del comic).

Después de observar como desperdicié una de las pocas oportunidades de terminar mi saga favorita, le eche un ojo a comic y lo que me encontré fue increíble. La historia más cliché que he leído, un tipo que se la pasa jugando calabozos y dragones en el sótano con sus amigos se enamora de la chica más popular de la secundaria… pero bueno algo debió gustarme o este artículo se llamaría: “Razones de porque odio My Little Pony”. Pues sí, me gustó mucho, y además recordé la primera vez que “My Little Pony” y yo cruzamos caminos.

Era un día de Noviembre, y Netflix me recomendó la película de “My Little Pony: Friendship is Magic, Equestria Girls” (la secuela tiene un título más largo). No sé cómo funciona el algoritmo de Netflix para que me recomiende una película para niñas sólo por ver la serie animada de “Los Vengadores”, pero decidí darle una mirada y saber porque tanto furor por Internet. Cuando termine de ver la película me sorprendí, era la segunda cosa más cliché que había visto (la destronaron  hace poco), una chica nueva llega a la secundaria y la chica más popular del colegio le hace matoneo, pero al final le muestra a todo el colegio lo mala que es con todos y queda como la mala del paseo, (bueno por la excepción de que la nueva estudiante proviene de otra dimensión donde es una princesa pony, la historia sigue siendo muy cliché). Ahora que le había dado una mirada a ese lado extraño y tenebroso donde hombres de 20 a 40 años ven ponys coloridos era momento de cambiar de página, ¿no? No, la película me gustó MUCHO, evidentemente no era la  historia, fue la actitud de las protagonistas durante el trascurso de la película (me salió una lagrimita cuando la protagonista principal habla frente al espejo sobre su verdadero ser y sobre las consecuencias al enmascarase ante sus nuevas amigas).

Así fue como decidí darle una oportunidad a la serie. Los primeros episodios me parecieron de lo más normal de este mundo, una introducción de cada personaje, problemas varios que solucionaban con el poder de la amistad, uno que otro momento gracioso…  nada del otro mundo. Pero había algo que hacía que viera episodio tras episodio, sin preguntarme que era, estaba cayendo en un hoyo infinito (no profundo, porque lo profundo tiene fin) sin ni siquiera saberlo. Finalmente, terminé la primera temporada de 26 episodios siendo cada episodio de 23 minutos, en ese momento comprendí  por qué caía más hondo.

Sencillamente simpatizas con cada una de los personajes en tal punto que llegas a comprender a cada personaje. Toman un problema de la vida diaria que a simple vista es fácil de solucionar, pero que va mostrando en cada personaje sus miedos, sus gustos, sus aptitudes, sus logros, sus derrotas, etc.; esto sumado a un guion que por episodio es simple y cliché, y al final de una temporada  termina siendo una historia interesante y compleja.

Esto no acaba aquí, no es solo el desarrollo de personajes y la historia de avance lento lo que me ata, existen otros factores : un dibujo en flash , bastante simple con personajes con ojos grandes (como se puede ver en los animes y mangas) que permite expresar cualquier sentimiento de forma perfecta;  actores de voces que hacen un trabajo  excelente a la hora de darle personalidad a cada uno de los personajes; un repertorio de actores de voces diferentes para cada personaje a la hora de cantar, esto junto a un buen compositor y una buena letra que crean canciones disfrutables (yo diría hasta pegadizas); y los guiños de la serie hacia sus fans.

En este punto me di cuenta que quizás he difamado mucho el argumento de “My Little Pony” (conté 4 veces la palabra cliché hasta el momento), pero hare una sinopsis para honrar el argumento de “My Little Pony”:

Twilight Sparkle, una unicornio morada con poderes mágicos llega a Ponyville por mandato de la princesa de todo el reino de Equestria, la princesa Celestia. Twilight tenía como misión ver los preparativos para una festividad del pueblo donde engrandecen los esfuerzos de la princesa Celestia por liberar a Equestria de las temibles pezuñas de Nightmare Moon  que deseaba el poder de su hermana, la princesa Celestia. Además de ver los preparativos también debía hacer nuevas amistades, así conoce a las protagonistas de esta serie.

Nightmare Moon se libera de su prisión para volver a conquistar Equestria. Pero Twilight Sparkle no lo iba permitir, así que va en busca de los elementos de la armonía para poder encerrar nuevamente a Nightmare Moon, junto a sus nuevas amigas, pero en su lago viaje (de medio episodio) descubre que los elementos de la armonía en verdad son sus nuevas amigas. Entonces cada pony representa un elemento de la armonía: honestidad, risa, lealtad, bondad, generosidad y magia.

Así detienen a Nightmare Moon y vuelven la prosperidad a Equestria, o… ¡quizás no! En fin, parece una historia clich… muy usada, pero ahí no se queda la serie, nos muestran a estos elementos de la armonía contenida en cada pony. Lo obvio seria hacer una serie que muestre a cada pony aplicando su elemento  en su vida. Acá es donde entra lo interesante, tomemos un elemento cualquiera, digamos… la generosidad  (que no se note que mi protagonista favorita es Rarity) y preguntémonos: ¿Qué es la generosidad?, ¿Qué tiene de favorable ser generoso?, ¿Debemos ser generosos con todas las personas?, ¿Será que la vida me tratará bien si soy generoso?, etc…

Tomemos un ejemplo un poco enrevesado, para mostrar que tipo de episodios podemos encontrar en “My Little Pony” y como los confrontan los personajes: supongamos que somos pintores reconocidos, y un día decidimos hacer una pintura a las personas que siempre nos han acompañado en las buenas y las malas, ¿Qué sería lo ideal para las personas que más estimamos? Quizás pintar uno de los más bellos recuerdos que tenemos con esas personas. Lo pintamos  y lo firmamos con nuestro nombre de fama mundial (o pero que generoso soy), se lo entregamos a esas personas especiales y cuando esperamos la mejor critica en nuestra vida, llega un amigo y dice: “Ehhh me gusta el color, aunque podría ser más oscuro”, otro nos dice: “¿No podías dibujar mi perfil?, bueno es que parezco muy narizón así”, y otro más nos dice: ”Quizás si pones un paisaje más divertido como una fiesta regional o algo así”.

Con el dolor en tu alma les dices: “¡Por ser ustedes, lo que sea!”, vas a tu taller de pintura, realizas los cambios mientras te dices a ti mismo: “Este no soy yo”. Pero pintado y firmado por mí, muestras la nueva pintura, y ahora te critican el brillo de la pintura y los detalles y otra vez cambiarlo…. Y así sucesivamente hasta que tienes el peor engendro en tu carrera.

De casualidad, el día que vas a mostrarles la pintura a tus más preciados amigos, pasa el crítico de arte más famoso del país, ya que tus amigos andaban presumiendo que estabas haciendo la mejor obra arte de tu vida. Ahora imaginemos esto con ponys de colores, en vez de pinturas  trajes de gala, una canción con un acento británico encantador que muestre nuestra frustración (enlace) y desenlace feliz (o quizás no).

Varias de las historias  y desarrollos son así en “My Little Pony”, quizás no siempre sea una batalla épica para salvar a Equestria, pero serán historias sencillas que siempre nos emocionaran, ya sea una historia graciosa, una historia que nos sacara más de una lagrima del ojo (u orgullo líquido, para el que entienda la referencia), o hasta quizás una historia con una gran reflexión. 

Uf, podría quedarme todo el día hablando sobre la serie pero sé que no tiene todo el día para leer el artículo (me sorprendería si leen hasta acá), pero me gustaría terminar poniendo uno de mis canciones favoritas en la serie (la frase: “tú nunca tendrás una pesadilla, si nunca sueñas” marca a una persona, principalmente si la ponen en una canción pegadiza), además de un guiño que me mató.

(canción)

(guiño) 

escrito por 

Akibakei-Okabe